Gestión cultural
- Formas de producción
Los sistemas de intervención cultural se basan en dos premisas: la creación de un sistema descriptivo, funcional y articulado desde una perspectiva integrada; y el desarrollo de una estrategia adecuada, a partir de un análisis preciso de los escenarios y posibles opciones adecuadas a la finalidad que se quiera alcanzar con la acción cultural. Por ello, los elementos fundamentales que integran la gestión cultural son; las funciones y finalidades que determinan el proyecto cultural, los agentes e interacciones que entre ellos se establecen, las estrategias y los resultados que de su aplicación se deriven. La gestión cultural genera, fundamentalmente, tres tipos de funciones;
•Funciones normativas; hacen referencia a la regulación de las relaciones entre el proyecto cultural y el entorno en que se desarrolla.
•Funciones de servicio; regula las relaciones entre el proyecto cultural y sus usuarios.
•Funciones de fomento: consiste en establecer sistemas y condiciones adecuadas para la interacción entre los diversos agentes implicados en el proyecto cultural.
Como es evidente la herramienta básica para la gestión cultural es el proyecto y este, para que sea sólido, debe integrar estas tres funciones en su definición estratégica, de una forma armónica. El consumo es una noción que ha originado múltiples polémicas, sobre todo en su vinculación con las investigaciones culturales, debido a su impronta económica. Sin embargo, cada vez más ha devenido en un eje de análisis que permite comprender actitudes, comportamientos y desigualdades en la realidad social. En correspondencia, se privilegia el análisis de su lugar creciente en la configuración de las identidades colectivas o de clase y en la permanencia de las posiciones de ventajas y desventajas.
El tema del consumo cultural se ha consolidado en las agendas investigativas de las ciencias sociales latinoamericanas. Las investigaciones permiten distinguir patrones similares de consumo cultural, que develan rasgos integradores, que sirven para comunicar e interconectar a las personas, en relación con prácticas e intereses comunes a todas por igual. Así, vemos que la mayoría se vincula a la cultura masiva, en especial a la televisión y a la radio, y el hogar constituye el espacio cultural por exc
La producción cultural es el proceso del uso colectivo y creativo de discursos, significados, materiales, prácticas y procesos de grupo, a fin de explorar, entender y ocupar creativamente determinadas posiciones, relaciones y series de posibilidades materiales.
- Consumo de la cultura
El consumo es una noción que ha originado múltiples polémicas, sobre todo en su vinculación con las investigaciones culturales, debido a su impronta económica. Sin embargo, cada vez más ha devenido en un eje de análisis que permite comprender actitudes, comportamientos y desigualdades en la realidad social. En correspondencia, se privilegia el análisis de su lugar creciente en la configuración de las identidades colectivas o de clase y en la permanencia de las posiciones de ventajas y desventajas.
El tema del consumo cultural se ha consolidado en las agendas investigativas de las ciencias sociales latinoamericanas. Las investigaciones permiten distinguir patrones similares de consumo cultural, que develan rasgos integradores, que sirven para comunicar e interconectar a las personas, en relación con prácticas e intereses comunes a todas por igual. Así, vemos que la mayoría se vincula a la cultura masiva, en especial a la televisión y a la radio, y el hogar constituye el espacio cultural por excelencia.
Considera al consumo cultural como: “El conjunto de procesos de apropiación y usos de productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso y de cambio, o donde al menos estos últimos se configuran subordinados a la dimensión simbólica”

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